martes, 11 de septiembre de 2012

The Maze Runner...

O reseña de un libro que probablemente no leerías si alguien te anticipará que es parte de una trilogía....

Si eres fan mejor abstente... en serio.

The maze runner, o el corredor de laberintos es un libro escrito por James Dasher, quien por alguna, esperemos, justificable razón decidió entregarnos la narración de ésta serie de aventuras acerca de unos chicos desamparados en poco más de 350 páginas a lo largo de la aún incomprensible cifra de 62 capítulos.

La historia acontece en un lugar llamado "El Claro", lugar a dónde eventualmente llegan jóvenes a través de "La caja" (hasta aquí ¿todo muy misterioso, no?) sin saber absolutamente nada de su pasado o las razones por las cuales han llegado hasta ahí, el último de éstos, Thomas nuestro personaje principal, llega a revolucionar la estructura social que los habitantes de "El Claro" han establecido, quebrantando reglas y escalando los niveles sociales más impensables, una jerarquía que los lugareños han confeccionado a fin de hacer funcionar la vida ahí, el oficio mas apreciado evidentemente el de "Los Runners", quienes tienen la difícil tarea de descifrar "El laberinto" la única barrera entre "El Claro" y lo que ellos suponen "Un mundo mejor", nada fácil si añadimos a "Los Grivers", una especie de máquinas repulsivas programadas para matar a cualquier despistado que ose salir de noche.

Hasta que un buen día todo deja de encajar y el perfecto micro sistema deja de funcionar, luego de que extrañamente la primera mujer del Claro arriba a éste lugar, Teresa lleva consigo el mensaje más extraño que han recibido y luego de un par de días todo parece ir en declive, los suministros se agotan y sin sentido alguno el sol desaparece, el tiempo corre y los habitantes del Claro deben buscar la forma de resolver el Laberinto, antes de morir o ser asesinados.

El final de lo más detestable, aburrido, largo y nada esclarecedor, me vendría bien contárselos por si aún queda alguna vaga intención de leerlo, sin embargo espero que la lectura de éste libro les sea mas agradable y que no los desanime el hecho de saber que absolutamente todo ha sido planeado por un grupo de científicos que pretende poner a prueba a cada uno de los habitantes del Claro y mucho menos aún la rara combinación de todos éstos elementos con una extraña enfermedad que hace poco menos que convertir a los humanos en zombies, sin hablar de "El cambio" y los "Revolucionarios" quienes terminan por ser los verdaderos héroes.... que enigmático.

Si lo piensas leer, eso ha sido todo....

¿Qué no nos gusto?
  1. La muerte de Chuck, no parece haber sido suficiente hacer parecer toda la situación deprimente y desoladora a lo largo de tantos capítulos como para rematar justo en el happy ending, con la muerte de éste adorable personaje.
  2. La inexplicable razón por la cuál, los científicos en lugar de enfocar sus grandilocuentes mentes en resolver la verdadera problemática; la rarisima enfermedad en la tierra, se han ocupado mejor en crear este, por mucho, complicadisimo microsistema, de lo más ilógico.
  3. Que justo al final nos digan que nuestros habitantes del Claro son solo parte del grupo "A" y apenas han logrado superar la "Etapa 1" aunado a la frase "Malvado es bueno" que jamás parece justificarse y el indicio de la secuela "La llamarada"...
  4. Por si fuera poco (ya saben los zombies, el microcosmo, el sol que desaparece, las máquinas asesinas); la exclusiva habilidad telepática de Teresa y Thomas... iuc 
  5. En serio tanto termino inventado no es sino, rara vez lo contrario, aburrido y pesado.
Lo rescatable:
  1. La perfecta caracterización de Newt, Alby, Minho y por supuesto Chuck, yo convertía a Minho en el personaje principal sin duda alguna.
  2. La idea de que evidentemente un grupo de personas para funcionar en conjunto deben establecer un orden social invariablemente.
  3. Los momentos ágiles, aunque pocos, buenos.
  4. La posibilidad de que las secuelas si gustan tanto como la primera entrega cuenten también con película... y nos ahorren el rato.
  5. El detonador del cambio, terminar con las comodidades.

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